La ruta del vino en América del Sur es un fascinante recorrido por tradiciones centenarias. Argentina destaca con Mendoza como su capital vitivinícola, donde el Malbec reina entre los Andes. Chile brilla con sus valles: Casablanca, Maipo y Colchagua producen excepcionales Cabernet Sauvignon y Carménère. Uruguay sorprende con su Tannat de bodegas familiares a lo largo de la costa, desde Colonia a Rocha. Brasil innova en la Serra Gaúcha con espumantes y vinos tintos. Bolivia asombra con sus viñedos de altura en Tarija, los más elevados del mundo. Paraguay, aunque con menor tradición, desarrolla una incipiente industria en Itapúa. Cada país aporta su carácter único, influenciado por geografía y clima, creando una diversidad enológica sin igual en el continente.